La mano perro

Llevo ya varias noches teniendo pesadillas. Casi todas tratan de persecución.
Pero la de ayer...me aterrorizó, no por lo macabra sino por lo estúpida:
Mi familia se mudo al centro, quien sabe que motivo los hizo dejar la casa grande de las Ánimas para buscar un departamento cerca de la fac de humanidades. Entre otras ventajas, estariamos cerca de mi tia martha y Bana y estabamos muy contentas por que nos veriamos todo el tiempo.
Tomé el coche para estacionarlo,y al contrario de casi todos mis sueños, no estaba manejando desde el asiento de atrás sino desde el conductor, como la gente normal, eso es una buena señal, pensé, pero no encontré lugar, las calles estaban llenas de cochse y no habia donde dejarlo, y los sentidos viales me llevaban más lejos y más lejos. Arhe iba conmigo, a veces arriba, a veces acaminando a un lado. Harta de llegar tan lejos sin poder regresarme, cambie el auto por una motocicleta, y empeze a subir la ciudad a través de callejones. Mucho más fácil¡ pensé. Cómo no se me ocurrio antes?, además la podré estacionar en cualquier lado. Todo iba bien hasta que en cierto callejón húmedo y oscuro, en vez de calle había escaleras, unas escaleras largas llenas de perros que dormían, muchos muchos perros, diez, veinte, tal vez cuarenta perros que se estiraban y bostezaban mojados por la lluvia.
Bana me llamó, me dijo que me concentrara, que por ahi no era. Su tono era un tanto autoritario, un poco con lástima, un poco con cariño, en todo caso indicaba que mi distracción me había puesto en un camino peligroso. La seguí, ya sin moto, iba caminando hacia ella cuando senti que unperro se me acercaba, y otro, y otro, para cuando me di cuenta, por lo menos seis perros estaban junto a mi tratando de olfatearme, alguno, el más grande, empezo a mordisquearme la pierna, y los demás imitaron el ejemplo, estaba en la boca del callejón, sola, asustada, cuando me di cuenta que no tardarían en venir todos los demás....
Desperté.
Abri los ojos y me di cuenta que mi mano, en forma de garra, presionaba mis costillas, enterrandome las uñas.

¿Qué fue eso?¿Habré cenado demasiados ravioles?¡¿Qué onda con mi mano perro?¡