Este domingo tuve por fin mi viaje magico. Pensaba que este año no iba a poder subir, por que se me frustraron por lo menos cinco ocasiones, y tengo la idea muy arraigada de que no se puede forzar a los hongos. Yo tenìa muchas ganas de que fueran mis amigas, pero no llegaron todas, y eso empezò a entristecerme en la preparaciòn del viaje. Al llegar a los sauces, solo estaba Tobìas, un chico que yo no conocìa, y que estaba esperando a Daniela, la ùnica chica que llegò. Estaba preocupada, por que me sentìa triste y molesta por la ausencia de las demàs, y no querìa subir en ese estado, me daba miedo que la tristeza fuera muy fuerte para poder manejarla, asì que trate de respirar muy hondo y sonreir a lo que venìa. Empezè a cantar y a tomar fotos, hasta que la incomodidad desapareciò.
El inicio fue un poco difìcil para mì, no encontraba hongos y pensè, una vez màs, que este año no me tocaban. Pero Daniela vio algunos a mis pies y dijo que esos eran para mì, asì que los reservè con cuidado.
El Sol brillaba al màximo, asì que tuvimos que escondernos un poco, sin mucha bùsqueda, encontramos el lugar perfecto, un pequeño claro junto a un àrbol, lleno de flores y de bichos; que despuès de un corto tiempo se volverìa un hermoso escenario de cuento, con personajes hermosos y amor infinito. Perdì por completo la nociòn del tiempo, lo ùnico que sabìa es que no existìa un lugar mejor, un momento màs bello, que esa era La Tarde.
Cuàndo ese lugar perdiò su tiempo, caminamos hacìa una colina que dominaba el paisaje, justo en el momento en que los àrboles cantaban su canciòn vespertina y la bruma descendìa, envolviéndonos e invitandonos a danzar con ella, mientras nos avisaba que ya era tiempo de bajar de ahì para buscar un nuevo refugio. En el camino, encontrè al dragón y a la piedra que me habló sobre la muerte (por cierto, que lindo es Tobìas cuando ruge como dragòn). Subì tambièn a la piedra de Cabeza de Vaca, con una agilidad que desconocìa; yo no sabìa que podìa ser tan fuerte, me di cuenta que no estoy acostumbrada a confiar en mi cuerpo y en mi capacidad de lograr las cosas por mis propios medios, asì que una vez arriba, aullè llena de felicidad y me sentì una hermosa loba juguetona y valiente.
Descubrì que necesito un tiempo en el campo, estoy contaminada de ciudad y de tanta vida acelerada, me sentìa tan a gusto ahi que la idea de regresar a caminar en calles llenas de coches me causò mucha aversiòn, del mismo modo que me sentì hastiada de mi ritmo fiestero de los ùltimos meses. Creo que debo hacer una parada. Eso es importante. Necesito darme mi tiempo. Calmarme y escuchar lo que me dice mi cabeza. No puedo seguir gastando asì mi cuerpo y mi dinero.
Lo verdaderamente increible, fue darme cuenta que estaba viviendo un viaje dentro de mi propio corazòn; que no estaba brincando en un campo cualquiera, sino dentro de mi mente, y es muy reconfortante saber que mi mundo interno no es una cueva de murcielagos, sino una colina viva y llena de colores. Llorè un poco, y cerrè ciclos. Sentì el abrir de la crisàlida para dejar salir a una nueva mariposa. Màs grande, màs fuerte, màs viva.
MÁS FELIZ.
4154. Miércoles 13 julio, 2022
Hace 3 años
1 comentarios:
saludotes pequeña!!!!!
hoy hay una fiestecilla.. *-*
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